El concepto de Karma en la filosofía del yoga es un término ya bastante conocido. Las personas lo utilizan en el lenguaje cotidiano: “esto es mi karma” o “fulano tiene un karma difícil“.
En general, se entiende que al actuar o pensar de cierta manera, la respuesta del Universo se manifestará (tanto en lo bueno como en lo malo). Podemos entender esto con ejemplos simples, como: si decido comer muchos dulces, tendré dolor de estómago, ¿verdad? Nadie me está “maldeciendo”… a través de la experiencia, entiendo que esta es una verdad y una respuesta para mí. Y luego puedo decidir si como y me siento mal, o si moderar y sentirme bien.
Lo que a veces no se entiende es que esta respuesta no siempre es tan directa o lineal. Y lo que a veces la gente no ve es que incluso la peor situación material de una persona no siempre es un indicio de un “karma malo”, y no siempre una persona rica y saludable está bendecida solo con un “karma bueno”. Por lo general, en casi todas las situaciones, los karmas son mixtos. He conocido personas hermosas, sensibles, ricas e inteligentes que se lanzaron por la ventana… y he conocido personas que viven en las calles de Río de Janeiro, llenas de alegría por la vida y deseos de aprender y mejorar. Las cosas no siempre son como pensamos y juzgamos.
Incluso la peor situación material de una persona no siempre es un indicio de un “karma malo”, y no siempre una persona rica y saludable está bendecida solo con un “karma bueno”.
Creo que, por ejemplo, las personas con mayores dificultades materiales en la vida tienen un papel en sensibilizar a aquellos más privilegiados materialmente. Estoy segura de que si tenemos posibilidades, un hogar, comida, seguridad, salud y estamos bien con todo lo esencial garantizado, también tenemos la responsabilidad y el deber de ayudar al prójimo, que tal vez se encuentre en una situación menos favorable.
También creo que a menudo elegimos el tipo de karma que queremos enfrentar en esta vida, y no siempre alguien que tiene “todo” en la vida seguirá así para siempre. Dependiendo de cómo una persona actúa en este mundo, en la próxima vida puede tener una situación diferente, siempre para aprender y avanzar en el camino. Y viceversa. No se trata de un castigo; es simplemente una ley universal que se aplica a todos nosotros.
No debemos, por supuesto, aceptar pasivamente situaciones de violencia o extrema pobreza, diciendo: “esto es mi karma, o el suyo o el de ella…”, sino observar lo que está sucediendo y actuar sabiamente con el objetivo de mejorar nuestra propia situación o la de los demás.
Según Paramahansa Yogananda, mi maestro espiritual, cuando ingresamos en la superconciencia en el Ser Divino, más allá de la mente, más allá de las emociones, en un estado de calma y paz, en la Bienaventuranza Divina, estamos más allá incluso del karma y somos libres. Nos anima a entrar en una profunda meditación diaria, identificarnos cada vez menos con el ego y recordar nuestro Ser Infinito, ilimitado y ya no condicionado por nada. Simplemente Somos. Hong-So. Om Guru Om.
Raquel Bhavani
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